EL ALEPH-JORGE LUIS BORGES
Igual que el paréntesis en el título de este numeral (y del siguiente) no me gustan las antologías. Considero que es absurdo leer algo de un autor que no haya sido ordenado por él. ¿Qué criterios tienen los que arman antologías de otros? Van desde la conciencia de creer conocerlos o pensarse expertos en su obra, hasta el simple aspecto económico-comercial. En cualquier caso, una antología sólo sería válida si fue preparada por el mismo autor, en todo caso con su aprobación.
Señalado esto, pasemos al numeral 20. Un libro de cuentos. Para mí los mejores cuentistas son: Cortázar, Borges, Hemingway, Poe. En el fondo creo que hasta en ese orden. Entonces, ¿por qué uno de Borges? Porque simplemente esta colección de cuentos tiene unas obras geniales y resume el estilo del argentino, lo que doy en llamar, la escritura culta, el relato endiabladamente culto, dirigido al entendido, al que ha leído, para que lo entienda a cabalidad. ¿La masa? si, pueden leerlo, pero no captarían toda la ironía, todo el chiste, toda la envergadura del relato y del genio que lo escribió.
En esencia esta colección es inapreciable por los siguientes cuentos:
El Inmortal: el más extenso y desarrollado sobre un romano - Marco Flaminio Rufo, tribuno militar de Roma - sale en busca del río que da la inmortalidad. El relato es una reflexión sobre lo vacuo que sería la existencia, si esta fuera eterna, como los actos y los pensamientos carecerían de sentido y valor.
Emma Zunz: sobre la elaborada venganza de una hija por el honor de su padre. Un personaje femenino inolvidable, Borges mostrando su maestría en la descripción de los sentimientos y motivaciones femeninas.
Los Teólogos y En busca de Averroes: dos cuentos que tienen en común que son ejemplos de la escritura para gente culta que describí arriba, un Borges narrando sucesos aparentemente sin ninguna emoción, como la disputa teológica de dos sujetos, pero que se transforma en una reflexión sobre la identidad y sobre el enemigo. En el de Averroes intercala sus pensamientos sobre la obra del gran filosófo árabe. En ambos se detiene la narración y es Borges quien nos cuenta las meditaciones que ambas historias despertaron en él.
Y así, todos los cuentos de esta colección son geniales, para que el libro fuera perfecto tendría que incluir: La Biblioteca de Babel, Tlon, Uqbar, Orbis Tertius y Funes el memorioso. Pero eso ya sería pedir demasiado. El Aleph como colección de cuentos es simplemente una obra maestra.
En esencia esta colección es inapreciable por los siguientes cuentos:
El Inmortal: el más extenso y desarrollado sobre un romano - Marco Flaminio Rufo, tribuno militar de Roma - sale en busca del río que da la inmortalidad. El relato es una reflexión sobre lo vacuo que sería la existencia, si esta fuera eterna, como los actos y los pensamientos carecerían de sentido y valor.
Emma Zunz: sobre la elaborada venganza de una hija por el honor de su padre. Un personaje femenino inolvidable, Borges mostrando su maestría en la descripción de los sentimientos y motivaciones femeninas.
Los Teólogos y En busca de Averroes: dos cuentos que tienen en común que son ejemplos de la escritura para gente culta que describí arriba, un Borges narrando sucesos aparentemente sin ninguna emoción, como la disputa teológica de dos sujetos, pero que se transforma en una reflexión sobre la identidad y sobre el enemigo. En el de Averroes intercala sus pensamientos sobre la obra del gran filosófo árabe. En ambos se detiene la narración y es Borges quien nos cuenta las meditaciones que ambas historias despertaron en él.
Y así, todos los cuentos de esta colección son geniales, para que el libro fuera perfecto tendría que incluir: La Biblioteca de Babel, Tlon, Uqbar, Orbis Tertius y Funes el memorioso. Pero eso ya sería pedir demasiado. El Aleph como colección de cuentos es simplemente una obra maestra.
Excelente, hermano. Todas tus últimas elecciones han sido fascinantes.He aprendido mucho de ellas, y se te nota la pasión con la que los has escrito. ¿Inspirado?
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