Tomado del face de una lectora:
"El amaranto fue una planta de alta consideración en los pueblos
precolombinos. Las muestras arqueológicas del grano de amaranto o
Amaranthus cruentus, hallados en Tehuacán, Puebla, indican que
probablemente se originó en América Central y del Sur. La producción del
grano estuvo en su máximo apogeo durante los periodos Maya y Azteca en
Centroamérica. Los Mayas quizás fueron los primeros en usar el amaranto,
"xtes", como cultivo de alto rendimiento, apreciando especialmente su valor
alimenticio. Los Aztecas lo conocían como “huautli” y lo ligaban con
sus ritos religiosos. Y los Incas lo denominaron “kiwicha” (pequeño
gigante) y lo respetaban principalmente por sus poderes curativos. En la
época prehispánica los amarantos se sembraban junto con otras plantas
en las chinampas, ya que era alimento de familias completas y la
consumían todos los estratos sociales.
El amaranto era, por lo tanto, un alimento de gran consumo y altamente
apreciado. A la vez, los indígenas le atribuían propiedades
vigorizantes, afrodisíacas y hasta esotéricas, considerándolo una
semilla sagrada, la cual utilizaban en los rituales de sus ceremonias
religiosas politeístas. Era parte de las ofrendas que se entregaban a
los dioses, a los gobernantes y a los muertos en las tumbas. En
ocasiones especiales, el amaranto, molido o tostado, se mezclaba con
miel de maguey y la pasta resultante se utilizaba para modelar
figurillas de animales, guerreros, elementos de la naturaleza o de la
vida cotidiana y, por supuesto, deidades como el Dios de la guerra,
Huitzilopochtli. Al finalizar la ceremonia de culto, las figurillas eran
cortadas y repartidas entre los asistentes, quienes las comían.
Te nombraría: Eva Amaranta."
Te nombraría: Eva Amaranta."
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