Más allá del tiempo para descansar y visitar las playas, o de meditar sobre un misterio religioso, (cosas que en el fondo hago poco, al menos no tradicionalmente) esta semana de vacaciones es una oportunidad para disfrutar algunos de los filmes clásicos mas grandiosos de la historia de la cinematografía, aunque algunos no tengan mucho que ver con al ámbito religioso que domina la época, y se presentan sólo por coincidir con el aspecto histórico del imperio romano. Y de esta última especie es la pelicula que comentaremos esta Semana Santa.
Espartaco, dirigida por el genial Stanley Kubrick en 1960, y protagonizada por grandes estrellas de aquel entonces: Kirk Douglas, Laurence Olivier, Peter Ustinov y Charles Laughton. Esta obra maestra del séptimo arte se coloca en el género épico y narra los hechos de la rebelión de unos esclavos romanos, dirigida por un grupo de gladiadores entrenados en las postrimerías de la corrupta República Romana. Douglas en el rol de Espartaco hace un papel decente mostrándose correcto en las escenas necesarias, me viene a la mente cuando le llevan a Varinia a la celda para "aparearse" y soltar un poco de tensión acumulada y él (Espartaco/Douglas) grita indignado: "no somos animales". Es algo hasta cándido, poco real, pero digno. También en las escenas de lucha y en el entrenamiento se ve la dedicación de este actor y el preciosismo de este director. (valga decir que Kubrick hizo de ello una marca de su estilo)
Luego de Doulgas tenemos, aunque habría que decir antes al genial Laurence Olivier, quien interpreta al gran personaje de Marco Licinio Craso, el plutócrata en una sociedad romana sedienta de lujos y corrupta hasta la médula. Aunque históricamente Craso tuvo un papel segundón en los acontecimientos siempre opacado por esos pilares de la historia romana, Julio César (que aparece en la película como joven aprendiz pero dejando ver todo el potencial en su futuro), y Pompeyo (que sólo es mencionado en el filme) Aquí Craso es el personaje más atrayente de la cinta, con momentos geniales, la mayoría en el Senado, y con esa mirada de desdén y despreocupación, la mirada del que nunca ha tenido que preocuparse por las cosas materiales ni por los que le rodean.
Frente a este actor surge Charles Laughton en el papel de Graco (históricamente los Gracos fueron dos hermanos que más de un siglo antes de César intentaron establecer reformas populares para beneficiar a las mayorías), quien es el antagonista de Craso, repúblicano y defensor de las libertades. Sus planes, sus manipulaciones, sus íntrigas hacen que estos dos personajes sean los ejes que ponen en movimiento las acciones de la película. Craso fue el causante indirecto de la rebelión de Espartaco, Graco también ayudó a la rebelión negándose a otorgar el mando de las legiones a Craso para no darle demasiado poder, sin importar mandar a comandantes inexpertos, Craso impide la victoria de Espartaco tanto al comprar a los piratas silesianos que le darían el escape de Italia a los rebeldes, como al derrotarlo en la última batalla.
Antes de terminar este primer analísis fílmico de Semana Santa, debo recordar a Lentulo Batiato el personaje que interpretó Peter Ustinov, era un esclavista, hipócrita, adulador, conveniente en sus amistades, todo un "empresario clásico". Este personaje es encantador por todo lo humano que tiene, aún la capacidad de redimirse al final, aunque sea una rendición que lo deja millonario; su mejor escena, para mí, es cuando, luego de sufrir los latigazos de Craso, le cuenta a Graco que ha encontrado la dignidad, porque no se quejó ante el suplicio ni ayudó a Craso a identificar a Espartaco.
Esto último me lleva a comentar la escena más conmovedora del filme. Cuando Craso victorioso montado a caballo le exige a los esclavos derrotados que entreguen a Espartaco y así les perdonará la vida. Todos yacen en el suelo nuevamente encadenados, Espartaco mira a su alrededor y ve la oportunidad de salvar a su gente, va a levantarse e identificarse cuando Antonino (ese curioso esclavo juglar, cuya relación con Craso roza lo homosexual, algo que en esa época y sociedad sería de lo más normal) y Cripso se levantan y gritan "Yo soy Espartaco", lo que desencadena que todos los presente hagan lo mismo, así Craso se enfrenta a decenas de hombres que se declaran Espartaco, mientras el verdadero no puede creer lo que sus hermanos en armas hacen y llora conmovido.
Eso es cine.
Espartaco, dirigida por el genial Stanley Kubrick en 1960, y protagonizada por grandes estrellas de aquel entonces: Kirk Douglas, Laurence Olivier, Peter Ustinov y Charles Laughton. Esta obra maestra del séptimo arte se coloca en el género épico y narra los hechos de la rebelión de unos esclavos romanos, dirigida por un grupo de gladiadores entrenados en las postrimerías de la corrupta República Romana. Douglas en el rol de Espartaco hace un papel decente mostrándose correcto en las escenas necesarias, me viene a la mente cuando le llevan a Varinia a la celda para "aparearse" y soltar un poco de tensión acumulada y él (Espartaco/Douglas) grita indignado: "no somos animales". Es algo hasta cándido, poco real, pero digno. También en las escenas de lucha y en el entrenamiento se ve la dedicación de este actor y el preciosismo de este director. (valga decir que Kubrick hizo de ello una marca de su estilo)
Luego de Doulgas tenemos, aunque habría que decir antes al genial Laurence Olivier, quien interpreta al gran personaje de Marco Licinio Craso, el plutócrata en una sociedad romana sedienta de lujos y corrupta hasta la médula. Aunque históricamente Craso tuvo un papel segundón en los acontecimientos siempre opacado por esos pilares de la historia romana, Julio César (que aparece en la película como joven aprendiz pero dejando ver todo el potencial en su futuro), y Pompeyo (que sólo es mencionado en el filme) Aquí Craso es el personaje más atrayente de la cinta, con momentos geniales, la mayoría en el Senado, y con esa mirada de desdén y despreocupación, la mirada del que nunca ha tenido que preocuparse por las cosas materiales ni por los que le rodean.
Frente a este actor surge Charles Laughton en el papel de Graco (históricamente los Gracos fueron dos hermanos que más de un siglo antes de César intentaron establecer reformas populares para beneficiar a las mayorías), quien es el antagonista de Craso, repúblicano y defensor de las libertades. Sus planes, sus manipulaciones, sus íntrigas hacen que estos dos personajes sean los ejes que ponen en movimiento las acciones de la película. Craso fue el causante indirecto de la rebelión de Espartaco, Graco también ayudó a la rebelión negándose a otorgar el mando de las legiones a Craso para no darle demasiado poder, sin importar mandar a comandantes inexpertos, Craso impide la victoria de Espartaco tanto al comprar a los piratas silesianos que le darían el escape de Italia a los rebeldes, como al derrotarlo en la última batalla.
Antes de terminar este primer analísis fílmico de Semana Santa, debo recordar a Lentulo Batiato el personaje que interpretó Peter Ustinov, era un esclavista, hipócrita, adulador, conveniente en sus amistades, todo un "empresario clásico". Este personaje es encantador por todo lo humano que tiene, aún la capacidad de redimirse al final, aunque sea una rendición que lo deja millonario; su mejor escena, para mí, es cuando, luego de sufrir los latigazos de Craso, le cuenta a Graco que ha encontrado la dignidad, porque no se quejó ante el suplicio ni ayudó a Craso a identificar a Espartaco.
Esto último me lleva a comentar la escena más conmovedora del filme. Cuando Craso victorioso montado a caballo le exige a los esclavos derrotados que entreguen a Espartaco y así les perdonará la vida. Todos yacen en el suelo nuevamente encadenados, Espartaco mira a su alrededor y ve la oportunidad de salvar a su gente, va a levantarse e identificarse cuando Antonino (ese curioso esclavo juglar, cuya relación con Craso roza lo homosexual, algo que en esa época y sociedad sería de lo más normal) y Cripso se levantan y gritan "Yo soy Espartaco", lo que desencadena que todos los presente hagan lo mismo, así Craso se enfrenta a decenas de hombres que se declaran Espartaco, mientras el verdadero no puede creer lo que sus hermanos en armas hacen y llora conmovido.
Eso es cine.
Aunque kubrik dirigió casi obligado esta pelicula
ResponderEliminarpero genial, sin duda
saludos