Lo que llamo mis pecados, son circunstancias que consideró un poco escándalosas si se tiene en cuenta que me veo a mí mismo como a un escritor, poeta(por expresarme con la palabra escrita) y marxista(desde el punto de vista de creer los postulados del materialismo histórico y dialéctico)
En ambos casos podría decirse que tengo una formación muy autodidacta, he leído y estudiado grandes obras maestras de la literatura, la filosofía y la política, pero siempre me han hecho falta los libros clásicos par excellence, me refiero al Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra y El Capital de Karl Marx.
Obviamente, al ver que no he leído esas obras de manera completa, podría decirse que no tengo derecho a llamarme como lo hice en el primer párrafo. Pero empecemos por el principio:
El Quijote nunca lo he leído en su totalidad, y al hablar así me refiero a las dos partes, siempre me quedo en la primera, sobre todo en la llamada "historia del cautivo", una novela corta que Cervantes introdujo en su obra y que no tiene mayor importancia en el desarrollo argumental de la misma, ya que Don Quijote no tiene una participación vital en dicha trama, simplemente es un oyente de la misma. A mi modo de ver, compartido por estudiosos y críticos como posteriormente me enteré, esta historia independiente, de las que la primera parte del Quijote tiene otros ejemplos, le quita continuidad y vuelve lenta la trama, con el lector deseoso de seguir las andanzas del entretenido Hidalgo, estas historias hacen que se pierda el ánimo. A todo eso incluyan la falta de tiempo en este desesperado mundo moderno ( o postmoderno?) y la presencia de otras obras que leer y los estudios, y las clases que planificar, etc, etc, etc. Por ello, (y no es disculpa, porque escribo esto por el mero hecho de dejar en claro un aspecto de mi formación intelectual)
Aparte de ello, puedo apreciar la importancia literaria de la obra cervantina, y también sus audacias literarias, la que más me gusta es la de incluir la publicación de la primera parte y su difusión como un hecho literario más en la segunda parte, haciendo confluir realidad y ficción como dos aspectos de un mismo universo. Me gusta tanto lo que he leído del Quijote que por ello este mí blog se titula con parte de la frase inicial. Muchos autores han creado universos ficticios, con pueblos ciudades y universos completos, practicamente autosuficientes, pero Cervantes y su obra no lo necesitan, la literatura necesita la imaginación del lector y que mejor que solo darle un dato vago, impreciso, pero a la vez real, aparentemente parte de su realidad.
En cuanto al Capital de Marx, su obra cumbre y total, donde el materialismo histórico es presentado en su madurez "inalcanzable" para la camarilla ortodoxa de la izquierda, he de decir que su lectura es un reto intelectual como nunca he tenido, es mi bestia negra, lo más que he llegado es a la sección segunda del Primer Tomo, aunque el estilo de Marx es ameno y busca explicarnos sus conclusiones y descubrimientos la Economía Política no es un área del saber precisamente entretenida, por lo que a pesar de los esfuerzos bien logrados de Marx, su obra es árida y horriblemente formal a ratos.
¿Cómo puedo llamarme marxista entonces? de la misma forma que todo los izquiestoides de América Latina, por leer resúmenes, extractos, y libros que presentan las conclusiones de la gran obra marxiana. Aunque debo mencionar que hay gente gritando en las manifestaciones, tomándose universidades y disparando a policías que ni siquiera eso han leído, por no decir diputados y miembros de comités del "Partido" (entrecomillas porque así le gusta al izquierdista latino llamar a su organización preferida para llegar y mantener el poder) gentes que se desviven por la lucha del proletariado sin haber leído una línea de Engels o Marx. Porque eso sí, no he leído El Capital, pero sí otras obras del repertorio marxista: el Manifiesto, el Fin del a Filosofía Clásica Alemana, el Estado y la Revolución, las secciones filosóficas y sociológicas del Anti-Düring, como las más destacadas. Lo anterior no me disculpa de no leer El Capital, pero da una idea que estoy más preparado que esos izquiestoides fanatizados.
Realmente lo que necesitaría para leer ambas obras sería la triste oportunidad de Lenin, que leyó los tres tomos del Capital en su exilio de Siberia, pero, bueno, me gusta ver tele, tertuliar con mis amigos, dar mis clases, mi familia, en fin, me gusta tener una vida, así que... Por ahora esos clásicos serán mi materia pendiente, pero cuando lo logré lo gritaré al mundo un poco más aliviado....... y sabio.
En ambos casos podría decirse que tengo una formación muy autodidacta, he leído y estudiado grandes obras maestras de la literatura, la filosofía y la política, pero siempre me han hecho falta los libros clásicos par excellence, me refiero al Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra y El Capital de Karl Marx.
Obviamente, al ver que no he leído esas obras de manera completa, podría decirse que no tengo derecho a llamarme como lo hice en el primer párrafo. Pero empecemos por el principio:
El Quijote nunca lo he leído en su totalidad, y al hablar así me refiero a las dos partes, siempre me quedo en la primera, sobre todo en la llamada "historia del cautivo", una novela corta que Cervantes introdujo en su obra y que no tiene mayor importancia en el desarrollo argumental de la misma, ya que Don Quijote no tiene una participación vital en dicha trama, simplemente es un oyente de la misma. A mi modo de ver, compartido por estudiosos y críticos como posteriormente me enteré, esta historia independiente, de las que la primera parte del Quijote tiene otros ejemplos, le quita continuidad y vuelve lenta la trama, con el lector deseoso de seguir las andanzas del entretenido Hidalgo, estas historias hacen que se pierda el ánimo. A todo eso incluyan la falta de tiempo en este desesperado mundo moderno ( o postmoderno?) y la presencia de otras obras que leer y los estudios, y las clases que planificar, etc, etc, etc. Por ello, (y no es disculpa, porque escribo esto por el mero hecho de dejar en claro un aspecto de mi formación intelectual)
Aparte de ello, puedo apreciar la importancia literaria de la obra cervantina, y también sus audacias literarias, la que más me gusta es la de incluir la publicación de la primera parte y su difusión como un hecho literario más en la segunda parte, haciendo confluir realidad y ficción como dos aspectos de un mismo universo. Me gusta tanto lo que he leído del Quijote que por ello este mí blog se titula con parte de la frase inicial. Muchos autores han creado universos ficticios, con pueblos ciudades y universos completos, practicamente autosuficientes, pero Cervantes y su obra no lo necesitan, la literatura necesita la imaginación del lector y que mejor que solo darle un dato vago, impreciso, pero a la vez real, aparentemente parte de su realidad.
En cuanto al Capital de Marx, su obra cumbre y total, donde el materialismo histórico es presentado en su madurez "inalcanzable" para la camarilla ortodoxa de la izquierda, he de decir que su lectura es un reto intelectual como nunca he tenido, es mi bestia negra, lo más que he llegado es a la sección segunda del Primer Tomo, aunque el estilo de Marx es ameno y busca explicarnos sus conclusiones y descubrimientos la Economía Política no es un área del saber precisamente entretenida, por lo que a pesar de los esfuerzos bien logrados de Marx, su obra es árida y horriblemente formal a ratos.
¿Cómo puedo llamarme marxista entonces? de la misma forma que todo los izquiestoides de América Latina, por leer resúmenes, extractos, y libros que presentan las conclusiones de la gran obra marxiana. Aunque debo mencionar que hay gente gritando en las manifestaciones, tomándose universidades y disparando a policías que ni siquiera eso han leído, por no decir diputados y miembros de comités del "Partido" (entrecomillas porque así le gusta al izquierdista latino llamar a su organización preferida para llegar y mantener el poder) gentes que se desviven por la lucha del proletariado sin haber leído una línea de Engels o Marx. Porque eso sí, no he leído El Capital, pero sí otras obras del repertorio marxista: el Manifiesto, el Fin del a Filosofía Clásica Alemana, el Estado y la Revolución, las secciones filosóficas y sociológicas del Anti-Düring, como las más destacadas. Lo anterior no me disculpa de no leer El Capital, pero da una idea que estoy más preparado que esos izquiestoides fanatizados.
Realmente lo que necesitaría para leer ambas obras sería la triste oportunidad de Lenin, que leyó los tres tomos del Capital en su exilio de Siberia, pero, bueno, me gusta ver tele, tertuliar con mis amigos, dar mis clases, mi familia, en fin, me gusta tener una vida, así que... Por ahora esos clásicos serán mi materia pendiente, pero cuando lo logré lo gritaré al mundo un poco más aliviado....... y sabio.
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