Al fin, una decisión oportuna y adecuada, y que debía hacerse así, sin preguntar, sin consultar, porque esas cosas en mi país son pérdidas de tiempo. Justo como la dolarización, hace diez años, que se hizó practicamente sin preguntarle a nadie, y se llevó a cabo, y la gente pasó un mes confundida, pero se acostumbró. Ahora de un día para otro se cambiaron las rutas de los autobuses y se han dejado alrededor de 30 cuadras libres del ruido, el caos y la contaminación producidos por el transporte público.
Aunque la medida fue inconsulta, aún con la alcaldía de San Salvador (que ya lo tenía contemplado pero no tenía fecha para llevarlo a cabo) lo interesante fue la aceptación o resignación de los empresarios de buses que rapidamente aceptaron la nueva medida, y eso que cambió, recortó o desvió sus rutas normales, pero con esta anuencia que consiguió el Gobierno, cuyo precio talvez veamos después, se ha logrado impulsar uno de los cambios más radicales en afectar la vida social y urbana en nuestra Capital, talvez desde la Dolarización en 2001.
Y justamente fue esa reforma monetaria la que nos muestra como es la idiosincracia salvadoreña, si se hacen las cosas consensuadas, consultadas, escuchando a todos los involucrados, nunca se hace nada; en cambio, si solamente se avisan las medidas, se dice: "a partir de tal fecha haremos..." la gente medio protesta, critica, se confunde y luego simplemente la vida sigue, el trabajo sigue y los vicios siguen. Resignación, super adaptación.
El caos sigue en el centro capitalino. La gente sigue peleada con los policías porque no dan bien las direcciones, con los buseros porque no paran donde "todos" estaban acostumbrados, con los cobradores que no los dejan bajar en semáforos, esquinas por miedo a una multa, con el viceministerio por diseñar un mapa tan complicado y técnico.
Pero todo eso será temporal, la gente se acostumbrará, como siempre. Mientras los monumentos y los edificios de nuestra historia podrán descansar del ruido, del caos y del smog, sólo faltará rejuvenecerlos y quizás podamos ya hablar, en este año del Bicentenario, que somos un pueblo con algo de conciencia histórica.
Aunque sea para la visita de Obama a nuestro país.
PD: a continuación el mapa del viceministerio sobre el cambio de rutas, y sí, realmente está algo confuso, sobre todo para el común del pueblo, y no digamos para los analfabetas, que alguien olvidó que hay muchos en nuestro país.
Aunque la medida fue inconsulta, aún con la alcaldía de San Salvador (que ya lo tenía contemplado pero no tenía fecha para llevarlo a cabo) lo interesante fue la aceptación o resignación de los empresarios de buses que rapidamente aceptaron la nueva medida, y eso que cambió, recortó o desvió sus rutas normales, pero con esta anuencia que consiguió el Gobierno, cuyo precio talvez veamos después, se ha logrado impulsar uno de los cambios más radicales en afectar la vida social y urbana en nuestra Capital, talvez desde la Dolarización en 2001.
Y justamente fue esa reforma monetaria la que nos muestra como es la idiosincracia salvadoreña, si se hacen las cosas consensuadas, consultadas, escuchando a todos los involucrados, nunca se hace nada; en cambio, si solamente se avisan las medidas, se dice: "a partir de tal fecha haremos..." la gente medio protesta, critica, se confunde y luego simplemente la vida sigue, el trabajo sigue y los vicios siguen. Resignación, super adaptación.
El caos sigue en el centro capitalino. La gente sigue peleada con los policías porque no dan bien las direcciones, con los buseros porque no paran donde "todos" estaban acostumbrados, con los cobradores que no los dejan bajar en semáforos, esquinas por miedo a una multa, con el viceministerio por diseñar un mapa tan complicado y técnico.
Pero todo eso será temporal, la gente se acostumbrará, como siempre. Mientras los monumentos y los edificios de nuestra historia podrán descansar del ruido, del caos y del smog, sólo faltará rejuvenecerlos y quizás podamos ya hablar, en este año del Bicentenario, que somos un pueblo con algo de conciencia histórica.
Aunque sea para la visita de Obama a nuestro país.
PD: a continuación el mapa del viceministerio sobre el cambio de rutas, y sí, realmente está algo confuso, sobre todo para el común del pueblo, y no digamos para los analfabetas, que alguien olvidó que hay muchos en nuestro país.
JAJAJA, TE PELASTE, ES CORRECTO, PERO LOCO. PERO ESTA BIEN DICHO. JAJAJA... DE ACUERDO CONTIGO...
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ResponderEliminarEs una buena noticia para este año, espero que no se queden solo con este ordenamiento.
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