Trilogía de la Fundación-Isaac Asimov
Asimov es considerado, junto a Arthur C. Clark y Robert Heinlein, uno de los maestros de la ciencia ficción de todos los tiempos. Este autor es famoso por inventar terminos tan comunes en este genero como robótica y cerebro positrónico. De su basta obra que comprende cuentos no de ciencia ficción, hasta libros de divulgación científica, así como historia y múltiples sagas de futuristas, siempre resuena esta trilogía, que él mismo consideró que podían leerse por separado pero que se complementan una a la otra. Los libros de la Fundación describen el año 12 mil del imperio galáctico, un futuro tan distante donde la Tierra no es más que un mito. Asimov nos cuenta la caída de ese imperio, en un lento devenir de fuerzas sociales, económicas y culturales, basándose en la caída del imperio Romano. Nos describe la psicohistoria, una ciencia estadística y matemática que puede predecir con bastante exactitud como se desarrollarán los eventos sociales para los grandes conglomerados humanos. Eso permite a su creador, Hari Seldon establecer dos fundaciones en la galaxia para preservar la cultura y el orden en la galaxia, que luego del fin del imperio galáctico volverá a la barbarie.
Asimov describe en los primero dos libros cómo la primera fundación logra su destino de ser un planeta marginal a regir un cuarto de la galaxia y rivalizar con los restos moribundos del imperio, hasta su aparente derrota por un mutante fuera de los cálculos de los científicos. Luego el último libro nos dice como la segunda fundación de la que nada se sabía, logra equilibrar los eventos y reencausarlos en el Plan original.
Aunque siempre se ha dicho que Asimov tiene una prosa demasiado simple, practicamente nula descripción del paisaje y ambiente, y poco desarrollo de los personajes, haciéndolos unidimensionales. Todo eso no ha impedido que su obra sea una de las más influyentes y citadas de la ciencia ficción. Es como si sus lectores perdonaramos todos esos desaciertos en pos de su increíble puesta en escena, de esa imaginación desbordante, de ese marco épico, galáctico, donde la acción transcurre no en años sino a lo largo de siglos, y las piezas van encajando una a una.
Esta es la genialidad de Asimov, una imaginación tan única, una forma de presentar un futuro tan sobrecogedoramente familiar, pues esta basado en nuestro pasado. Y así, surgen personajes inolvidables como Hari Seldon, Salvor Hardin, Hober Mallow, Bel Riose, Cleon I, el Mulo, entre otros, a pesar de la carencia de profundidad que los críticos apuntan, a pesar que solo los vemos actuar, sin pasado, sin vida familiar, sin aspectos psicológicos. Esta es literatura en su esencia: contar una historia, no reflexionar sobre esa historia.
Esta saga, y luego sus añadidos, precuelas y secuelas, la he leído, no sé, literalmente miles de veces. La idea de la psicohistoria me parece hasta posible y el desarrollo histórico de la fundación es simplemente muy aleccionador. Aunque lo esencial son estas tres obras, las otras se recomiendan para ser completistas. Pero con esta trilogía, o Ciclo de Trantor, pues basta para conocer y admirar el genio de Asimov.
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