La increible manifestación del poder popular, que esta ocurriendo en el Cairo en estos últimos días, debe ser observada con detenimiento, y no caer en análisis fáciles, como calificar esta temporada de insurrecciones y levantamientos como el "enero de libertad" que recorre Africa del norte.
Esa visión puede resultar errónea, si pensamos que un grupo que está teniendo protagonismo en dichas manifestaciones son los Hermanos Musulmanes, una facción política que tiene un ala con fuerte tendencia religiosa, que no creen en la separación del Estado y la religión y que podrían implantar un regimen islamico fundamentalista, como Irán o Paquistán.
Si eso sucede, y no podemos descartarlo aunque participen en las marchas todo tipo de personas y representantes de grupos moderados, entonces estas "revoluciones" terminarán generando gobiernos que no respeten las libertades que concebimos en occidente. Es más, debemos recordar que esos dictadores, como Hosni Mubarak, tienen el apoyo de occidente justamente porque han generado una sociedad con ciertas características de laicicismo que permiten la forma de vida occidental que "nos gusta", lleno de consumismo y transculturación, pérdida de identidad y todo lo que, antropológicamente, eso trae consigo.
Tambien Mubarak apoyó a los norteamericanos en sus acciones bélicas de la Guerra del Golfo, aunque ultimamente ha tenido una actitud crítica frente a las campañas en Irak y Afganistán. Todo esto no quiere decir que deba seguir en el poder, ni mucho menos, es un dictador y deben abrirse espacios para democratizar la política egipcia, lo incorrecto sería quitar este gobierno con escándalos de corrupción y colocar uno con planteamientos extremistas-religiosos, donde todo lo occidental, incluida sus libertades, sea visto como el enemigo.
Esa visión puede resultar errónea, si pensamos que un grupo que está teniendo protagonismo en dichas manifestaciones son los Hermanos Musulmanes, una facción política que tiene un ala con fuerte tendencia religiosa, que no creen en la separación del Estado y la religión y que podrían implantar un regimen islamico fundamentalista, como Irán o Paquistán.
Si eso sucede, y no podemos descartarlo aunque participen en las marchas todo tipo de personas y representantes de grupos moderados, entonces estas "revoluciones" terminarán generando gobiernos que no respeten las libertades que concebimos en occidente. Es más, debemos recordar que esos dictadores, como Hosni Mubarak, tienen el apoyo de occidente justamente porque han generado una sociedad con ciertas características de laicicismo que permiten la forma de vida occidental que "nos gusta", lleno de consumismo y transculturación, pérdida de identidad y todo lo que, antropológicamente, eso trae consigo.
Tambien Mubarak apoyó a los norteamericanos en sus acciones bélicas de la Guerra del Golfo, aunque ultimamente ha tenido una actitud crítica frente a las campañas en Irak y Afganistán. Todo esto no quiere decir que deba seguir en el poder, ni mucho menos, es un dictador y deben abrirse espacios para democratizar la política egipcia, lo incorrecto sería quitar este gobierno con escándalos de corrupción y colocar uno con planteamientos extremistas-religiosos, donde todo lo occidental, incluida sus libertades, sea visto como el enemigo.
En definitiva deben vigilarse mejor estos fenómenos antes de alabarlos y "pedir" que se "repitan" en otros lugares del mundo.
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