A pesar de mi silencio de meses, había pensado que la primera nueva entrada que escribiera sería sobre un relato de ciencia ficción que he terminado... bueno más que un relato es un capítulo de mi novela largamente planteada sobre el futuro... Igual estos planes quedaron resagados por un acontecimiento político-jurídico: la reforma de la Asamblea Legislativa a Ley del Organo Judicial, en la que exigen que la Sala de lo Constitucional resuelvan con voto unánime, y no con mayoría o con 4 votos como lo han venido haciendo siempre.
Y todo esto no es para preservar los contrapesos de la democracia, como se ha señalado, porque nunca fue necesario en los años anteriores y con las Cortes anteriores, sino hasta ahora cuando esta Corte y, sobre todo, esta Sala Constitucional ha tomado al toro de nuestra pasividad y mediocridad institucional, por los cuernos y redactar resoluciones jurídicas que exigen cambios en nuestra estructura electoral, cambios que han sido apremiados por organizaciones civiles que quieren modernizar nuestra incipiente democracia, y por decenas de analistas políticos que ven en los comicios por banderas partidarias, las listas de diputados internas, el juego de los residuos en los porcentajes de votos, etc., una ofensa a una democracia moderna y funcional, que tome en cuenta la verdadera voluntad de los votantes y sus pedidos de respuestas para aquellas autoridades por las que votaron.
Estas resoluciones de la Sala de lo Constitucional han comenzado a cambiar el panorama político del país, haciendo revolcarse literal y fisicamente a Diputados y líderes de partidos políticos que estaban acostumbrados a considerar que la democracia empezaba y terminaba por ellos.
Pues todo esto, impulsó la unidad de diferentes facciones y, inexplicablemente todavía, la venia presidencial, para acordar estas reformas transitorias a la Ley judicial. Las cuales ya con esta calidad de "transitorias" pierden toda validez, estas reformas se quieren presentar como algo necesario en una democracia y en un Estado de Derecho, pero debieron hacerlas de esa forma para que pudieran aparecer inmediatamente en el Diario Oficial y así evitar que en los ocho días normales que tiene esta publicación para incluir en sus páginas los decretos legislativos, tuvieran oportunidad los Magistrados de la Corte para deshacer este "amarre" del que quieren hacerlos victimas. Cuando la Sala Constitucional cambie, y los Diputados esta vez elijan gente "confiable" este decreto ya no será necesario y podrán contar con una Sala que redacte resoluciones que talvez les sean "útiles".
Porque este es el meollo de todo este asunto, en buen salvadoreño: "la Sala estorbaba el teje y maneje de estos partidos diputadiles y se inventaron esta aberrante reforma legal, y le ofrecieron o amenazaron con a saber qué al Presidente de la República para que lo sancionara en un tiempo record" punto.
¿Qué más queda por decir?
Nada, talvez algo personal: ¿Por quien voy a votar en los próximos comicios?....................................
Y todo esto no es para preservar los contrapesos de la democracia, como se ha señalado, porque nunca fue necesario en los años anteriores y con las Cortes anteriores, sino hasta ahora cuando esta Corte y, sobre todo, esta Sala Constitucional ha tomado al toro de nuestra pasividad y mediocridad institucional, por los cuernos y redactar resoluciones jurídicas que exigen cambios en nuestra estructura electoral, cambios que han sido apremiados por organizaciones civiles que quieren modernizar nuestra incipiente democracia, y por decenas de analistas políticos que ven en los comicios por banderas partidarias, las listas de diputados internas, el juego de los residuos en los porcentajes de votos, etc., una ofensa a una democracia moderna y funcional, que tome en cuenta la verdadera voluntad de los votantes y sus pedidos de respuestas para aquellas autoridades por las que votaron.
Estas resoluciones de la Sala de lo Constitucional han comenzado a cambiar el panorama político del país, haciendo revolcarse literal y fisicamente a Diputados y líderes de partidos políticos que estaban acostumbrados a considerar que la democracia empezaba y terminaba por ellos.
Pues todo esto, impulsó la unidad de diferentes facciones y, inexplicablemente todavía, la venia presidencial, para acordar estas reformas transitorias a la Ley judicial. Las cuales ya con esta calidad de "transitorias" pierden toda validez, estas reformas se quieren presentar como algo necesario en una democracia y en un Estado de Derecho, pero debieron hacerlas de esa forma para que pudieran aparecer inmediatamente en el Diario Oficial y así evitar que en los ocho días normales que tiene esta publicación para incluir en sus páginas los decretos legislativos, tuvieran oportunidad los Magistrados de la Corte para deshacer este "amarre" del que quieren hacerlos victimas. Cuando la Sala Constitucional cambie, y los Diputados esta vez elijan gente "confiable" este decreto ya no será necesario y podrán contar con una Sala que redacte resoluciones que talvez les sean "útiles".
Porque este es el meollo de todo este asunto, en buen salvadoreño: "la Sala estorbaba el teje y maneje de estos partidos diputadiles y se inventaron esta aberrante reforma legal, y le ofrecieron o amenazaron con a saber qué al Presidente de la República para que lo sancionara en un tiempo record" punto.
¿Qué más queda por decir?
Nada, talvez algo personal: ¿Por quien voy a votar en los próximos comicios?....................................
Le lloverán palos a Funes y a los diputados esta semana. Ya subiré unas fotos. Siempre de ilustrativas y oportunas tus palabras.
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