La II Guerra Mundial, como la última conflagración que abarcó a decenas de países, afectó a cientos de millones de personas, sigue siendo un período determinante para la historia humana. Aún ahora, a 70 años de su culminación, los resultados de esta lucha sigue determinando muchos elementos de nuestro actual orden mundial. Las potencias vencedoras de ese conflicto siguen con una preponderancia militar en el mundo, y hasta los "perdedores" ya se han vuelto a levantar como potencias ahora económicas.
Por estas razones y otras muchas, la historiografía de la II Guerra Mundial es muy extensa y variopinta, y sus autores van de todas las latitudes e ideologías.
Entre estos tengo el gozo de poseer estos tres libros que, casi providencialmente, se complementan entre ellos. Desde que Adolf Hitler tomara el poder político hasta su suicidio en el bunker de Berlín, estos tres libros recorren magistralmente lo hechos alrededor del conflicto, y siempre desde el punto de vista de Hitler y sus allegados, lo que los hace muy especiales entre la mencionada abundante historiografía.
Sería discutible el valor de los escritos del historiador británico David Irving, pero sólo si se toma en cuenta su actual postura negacionista del holocausto. Pero, a pesar de esto, los historiadores y estudiosos del período en cuestión no pueden negar el valor documental que sus libros tienen, y aún sus críticos más encarnizados deben citarlo o utilizar su inmenso archivo de microfilms y documentos por él descubiertos en el curso de sus investigaciones.
Con todo este material ha escrito "El Camino de la Guerra" que ocupa los años de 1933 a 1939, contando como Hitler se fue preparando para la Guerra, aunque modificando sus planes con el paso del tiempo, pues lo inicial era llegar a obtener el lebensraum necesario para que Alemania resurgiera del tercermundismo al que estaba condenada por el Tratado de Versalles. Luego la descripción de las diferentes campañas de Hitler para ir apoderándose de Austria, los sudestes checos, etc., hasta llegar a la invasión a Polonia. A través de testimonios, diarios personales de colaboradores cercanos, Irving va planteando todo el proceso desde la Noche de los cuchillos largos cuando exterminó a los líderes de las S.A. para congraciarse con el ejército regular y ganar la confianza de los generales del Estado Mayor. También el autor presenta como el gobierno nazi buscó siempre salidas diplomáticas, algunas veces como tapaderas, otras con sinceridad, para evitar las consecuencias de sus actos violando los acuerdos de la Primera Guerra Mundial. Su lectura es amena, excesivamente documentada, en la edición Planeta que tengo hay notas sobre dichas fuentes en cada momento que surgen dichos testimonios.
Este segundo libro de Irving (aunque fue el primero en publicarse) fue toda una conmoción para los historiadores del período, porque plantea todo el desarrollo del conflicto desde el punto de vista de Hitler y su camarilla a base de testimonios y diarios personales, desde el comienzo del conflicto hasta el suicidio de Hitler. Este libro aún no lo he leído pero asumo que tiene el mismo estilo que el anterior.
En definitiva una gran trilogía de libros. He empezado a releer El Camino de la Guerra para luego seguir con la Guerra de Hitler y leer a esta gran autor, si al final no quedo satisfecho de su descripción de los días finales de Hitler pues ahí esta el libro de Trevor-Roper para completar. Grandes libros. Bien decía el abuelo que los mejores historiadores son los británicos, por su objetividad.
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