SALMAN RUSHDIE-LOS VERSOS SATÁNICOS
Los versos satánicos recuerdo que fue de las primeras obras de lo que podemos llamar narrativa moderna que leí, antes me entretenía con los clásicos y autores nacionales o de la región. Con esta novela inicié el mundo literario internacional. Al leerla, tan cosmopolita, tan multicultural, quede fascinado por la entremezcla de tradiciones musulmanas, cristianas y hindúes que la narración presenta, y descubrió para mí a la India, ese subcontinente de los mil dioses, de las mil tradiciones, de milenios de filosofía. El autor sabe plasmar esa increíble incidencia del fenómeno religioso y filosófico en la mentalidad de sus personajes. Para los occidentales eso puede parecer raro, nosotros nos jactamos de tener una sociedad laical desde la Revolución Francesa y que hemos dejado la religión a un lado muy personal de la vida en sociedad. En cambio, en los países orientales, la religión sigue siendo parte integrante de la vida, del enramaje conceptual de los pueblos y de las personas. En la India se vive y respira religiosidad en una variopinta amalgama de elementos de tradiciones cristianas, musulmanas, hindúes, budistas y hasta parsis.
Por todo ello, no sorprende que el autor ponga lo religioso, ya sea como fenómeno, ya sea como hilo argumental, como esencial en su obra. Es más, la novela presenta diferentes acciones y lugares, y los une que son parte de la visión o locura de aquel quien se cree el ángel Gibreel (el Gabriel de la tradición cristiana) Y cómo luego lo contrapone a Shaitan, el macho cabrío con reminiscencias demoníacas pero que ambos toman caminos diferentes a los que uno podría esperar con una mente simple de bien y mal.
Porque ese es otro elemento genial de la novela, el autor no cae en la simplista visión de un mundo dicotómico, el bien y el mal son sólo aparentes, malentendidos de la conciencia de quien actúa o de quien observa, o en este caso de quien lee.
Pero el autor no sólo se queda en esto, sino que entreteje cientos de referencias de la cultura pop, de eventos modernos con los elementos milenarios de la cultura india. Actualizándolos.
Ahora bien, entre las historias cortas intercaladas en el libro, hay una, dividida en dos momentos, que narra la historia de los orígenes del islamismo, novelando la figura de Mahoma, llamándolo Mahound. Ésta historia cobra especial importancia porque fue la excusa para que se emitiera la fatwa o decreto religioso emitido por el ayatollah Jomeini en 1989, declarándolo culpable de apostasía y blasfemia y, por lo tanto, merecedor de la pena de muerte. Desde ese momento hasta 1998 Rushdie vivió perseguido por los grupos fundamentalistas musulmanes y protegido por las autoridades británicas. Actualmente este decreto ha perdido apoyo y fuerza, el autor ya vive casi en la normalidad pero los grupos ultraconservadores del Islam aún siguen creyendo en la validez de la condena.
Por todo ello este libro cobra especial relevancia. Además de su muy buena redacción y escritura, nos recuerda el nivel de estupidez que el fanatismo religioso puede causar.
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