1 ¡Tenía hambre! Llevaba días de no comer bien, sólo sobras encontradas en el camino y que debían repartirse con su papá, mamá y hermanos más pequeños. Los Otros habían escondido muy bien la comida, cada vez era más díficil hallar algo. Él y su familia tenían que ser cuidadosos, solo hacía unos días su hermana menor casi había sido sorprendida por uno de los Otros, por aventurarse buscando que comer. Por suerte su refugio era grande y espacioso y, aunque era algo frío, los mantenía a salvo. Un día su padre se había llevado a sus hermanos a explorar nuevos terrenos, estaba solo, y sentía aún más frío. De pronto, le llegó un aroma agradable. ¡Comida!, pensó, ¡y esta cerca!, se dijo mientras levantaba su pequeño cuerpo y se encaminaba a la salida. A cada paso, el olor se volvía más fuerte, casi podía ver y saborear la comida, su estomago vacío le dominaba la razón y le hacía olvidar las advertencias de sus padres, por lo que no supo en que momento había salido del refugio. A...
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento..."