Luego de diez días de lluvia de manera casi ininterrumpida, El Salvador amanece, al menos en la ciudad capital, con un cielo despejado, azul, con un frío creciente y una sensación de que esta semana y media anterior no paso nada. Pero sólo hay que ver los medios de comunicación para darnos cuenta que la Realidad es muy distinta: los desastres, evacuaciones, muertes, caos vial, damnificados, desplazados, albergues, etc, todo eso es algo muy Real, que seguirá estando por mucho tiempo.
Lo más extraño de esta situación fue que el fenómeno atmósferico que nos afectó estos días no fue algo tan significativo,desde el punto de vista metereológico, pues era solo una baja presión que terminó en depresión tropical, los cuales son rangos climáticos inferiores a los de tormenta tropical y huracán, que son los que se esperan que causen mayores destrozos y pérdidas.
Pero, para nuestra región centroamericana, basto esta depresión tropical continuada para dejarnos en una zozobra, desamparo, y fragilidad increíbles y preocupantes. Esto último sobre todo porque las lluvias no terminaron y ya. El Salvador debe planificar que los inviernos son de todos los años, y que en este 2011 no ha terminado la temporada de huracanes. La alta vulnerabilidad en la que el país ha quedado es agustiosa.
En el parrafo anterior señalo que El Salvador debe planificar, no sólo el Gobierno Central, o los Partidos Políticos (valga decir que ambas instituciones han tenido actuaciones aceptables en la actual crisis, sin tantas peleas estériles y con decisiones afortunadas y adecuadas, sobre todo la Dirección de Protección Civil) sino que esta planificación a largo plazo debe ser algo de todos los ciudadanos, porque si este cambio climático es practicamente irreversible, fenómenos como éste no serán tan extraños en futuros muy cercanos, por lo que nuestra sociedad debe empezar a cambiar sus estructuras mentales, a comenzar a hacerse a la idea que el clima como lo conocíamos no será más.
Basta de construir donde se pueda, planificación; basta de un crecimiento descontrolado de nuestra población, lo que nos obliga a lo anterior, como si tuvieramos todos los recursos del mundo, planificación; basta de esperar a que las calles, puentes y caminos en general, se caigan para repararlos, planificación; basta de no tener una fuerza élite de rescatistas, con equipo, capacitación y entrenamiento especializados para todas estas alertas, planificación.
Pero es la utopía la que debemos buscar, porque resignarnos a la Realidad por más cimentada que este, es matar toda esperanza.
Son muchas cosas que no van a solucionarse por arte de magia. En primer lugar, tenemos sobrepoblación exagerada, una densidad demográfica terrible, hay tanta gente en El Salvador y tan pobre que muchos hacen sus casas a la orilla de laderas o quebradas. Los complejos habitacionales se ven como una tabla de salvación. Lo mejor que puede pasarnos a los salvadoreños es abandonar este país porque somos tantos y hay tan pocos recursos que a penas cabemos sentados. Controlar eso no se logra de la noche a la mañana.
ResponderEliminarEl cambio climático, la contaminación, todo esto tiene que ver con el desarrollo de los países industrializados y su educación. Creo que deberíamos prepararnos para dos o tres depresiones como estas al año porque no creo que todo esto se vaya a detener.
ta bueno
ResponderEliminar