En primer lugar y muy importante, porque sí. Simple. Sencillo. Porque es una satisfacción del alma, una toma de aire entre tanta podredumbre, cotidianidad, vacío, miseria intelectual. Por eso siempre me gusto ser escritor, porque te permite ser diferente, ver las cosas distintas al común de los mortales...
Sí, también somos mortales, pero nos conmovemos, nos inspiramos, nos alegramos con cosas, eventos, personas muy únicas. Nuestra sensibilidad esta superdesarrollada, los eventos de la vida no nos pasan desapercibidos, los captamos con enfoques únicos, podemos ver la caleidoscópica variedad de la vida...
Cuando escribo, tengo sensaciones diversas, dependiendo el género que me atrapa...
El menos común es el serio, didáctico, catedrático, que tengo al escribir un ensayo, una disertación de un tema, o algún asunto "académico" (así entre comillas, para aquellos que respetan esas clasificaciones) Cuando escribo poesía, me embarga siempre una nostalgía tonta, como si no tuviera decenas de cosas para ser feliz, pero ahí estoy rebuscando en el dolor, echando sal en la herida (así de cruel como la imagen elegida) Cuando redacto un cuento soy ensoñador, y realista, porque las historias deben mostrarse así, reales, fantásticas, surrealistas, porque la vida es así.
Escribir es algo liberador, único, y siento que soy bueno haciéndolo, pero que también me hace falta mucho para ser tan bueno... como Shakespeare, Vargas Llosa, García Márquez, Roque Dalton, Salarrúe, etc, etc. Pero se intenta, y eso, en este mundo, es bastante... (peor sería estar echado en el sofá pasando indefinidamente todos los canales del cable, sin detenerme a ver ninguno... eso sería triste)
Sí, también somos mortales, pero nos conmovemos, nos inspiramos, nos alegramos con cosas, eventos, personas muy únicas. Nuestra sensibilidad esta superdesarrollada, los eventos de la vida no nos pasan desapercibidos, los captamos con enfoques únicos, podemos ver la caleidoscópica variedad de la vida...
Cuando escribo, tengo sensaciones diversas, dependiendo el género que me atrapa...
El menos común es el serio, didáctico, catedrático, que tengo al escribir un ensayo, una disertación de un tema, o algún asunto "académico" (así entre comillas, para aquellos que respetan esas clasificaciones) Cuando escribo poesía, me embarga siempre una nostalgía tonta, como si no tuviera decenas de cosas para ser feliz, pero ahí estoy rebuscando en el dolor, echando sal en la herida (así de cruel como la imagen elegida) Cuando redacto un cuento soy ensoñador, y realista, porque las historias deben mostrarse así, reales, fantásticas, surrealistas, porque la vida es así.
Escribir es algo liberador, único, y siento que soy bueno haciéndolo, pero que también me hace falta mucho para ser tan bueno... como Shakespeare, Vargas Llosa, García Márquez, Roque Dalton, Salarrúe, etc, etc. Pero se intenta, y eso, en este mundo, es bastante... (peor sería estar echado en el sofá pasando indefinidamente todos los canales del cable, sin detenerme a ver ninguno... eso sería triste)
Hermano, como te digo, esto es de vivirlo, inundarse de esto y retroalimentarse seguido, con los mismos, con las personas afines a esto, con la vida misma. Uno escribe acerca de sus fantasmas, de sus temores, o de lo que quisera que existiera y solo puede existir en la ficción, o sobre lo que molesta o lo que gusta, o simplemente se escribe porque se necesita escrbir, y eso, en países lúgubres como el nuestr es ya un mérito agregado al valor que se tiene por vivir un día más.
ResponderEliminarLa vida es un misterio, también el escribir y sobre lo que muchos escribimos también.
Un abrazo, mi buen amigo.